martes, 3 de julio de 2007




Subcomandante Insurgente Marcos

La cultura arriba y abajo (3)

VI.- UNA PROFECÍA EN LA CULTURA DE ABAJO.

Cuenta otra leyenda yaqui que en el principio, cuando nada había que fuera escrito o contado, una gran vara recta hablaba profetizando lo que habría de pasar. De dolores habló la vara recta, el balayté que le decimos nosotros.

Habló de que vendría la conquista y muchos se huyeron, pero el Yaqui quedó para resistir.

Llegó la conquista y con ella muchos males y penas para los pueblos indios. Y el Yaqui resistió todo. Poco a poco su territorio ha sido mordido y despedazado por los ricos y los malos gobiernos, y el Yaqui resiste.

A la entrada del territorio Yaqui un cerro con forma de Boca Abierta parece gritar contra las injusticias y maldades que se hacen contra los pueblos indios de México y del continente.

Pero, desde hace unos días, otra palabra parece salir de la Boca Abierta de la tierra. Es como un llamado, como una invitación a quienes son el color que son de la tierra.

Y suenan ya los tambores y los cánticos del O´odham, el Nde-Apache, del Diné-Navajo, del Cucapá, el Kumiai y el Kiliwa. Fuerte se eleva la voz de las mujeres Comcá ac, y el Pima, el Raramuri y el Mayo Yoreme pintan colores de fiesta y lucha.

Una palabra pintan los tambores y cantos, una palabra cantan los colores.

“VICAM” murmuran, hablan, gritan. Y diciendo “VICAM” dicen “el lugar del encuentro”.

Hasta Alaska llega esa voz, hasta Tierra de Fuego se escucha.

“Es el tiempo, nuestro tiempo”, dice la voz del Yaqui, y en su voz hablamos y nos escuchamos todos los pueblos originarios del continente.

Vuelve a levantarse la vara parlante hasta lo alto del cielo, para que lejos llegue su palabra, para que la entiendan los que entenderla deben:

“Será en Vicam, en territorio de la tribu yaqui, en Sonora, en México, en América. Ahí la historia, nuestra historia, la de abajo, decidirá si merece otra oportunidad”

En las montañas del sureste mexicano, el tzotzil, el tzeltal, el tojolabal, el chol, el zoque, el mame, tienen palabras comunes que todos comparten: lucha, dignidad, resistencia, memoria.

Ahora otra palabra se suma al puente colectivo que somos.

“VICAM” es ya parte de nuestro vocabulario de lucha.

VII.- Sombra responde una pregunta.

Cuando duele la memoria, todo duele.

“¿Quién puede transformar tanta desesperanza en combustible para nuestro fuego, en alimento para nuestro paso?”.

A esa pregunta de Sombra, respondieron Los Vigilantes:

“Que vayan nuestro Jefes y Jefas, que vuelvan al camino que con otros caminaste. Que donde se llevó el oído, se lleve ahora la palabra. Que en la tierra del creador de los colores y los sonidos se reúnan con los otros que somos. Que lo hablen al Yaqui, que le digan de su dolor en nuestra memoria hace 100 años. Que acuerden con el Purépecha, el Nahua, el Rarámuri y el que de lejos viene, el lugar y el tiempo para hablarnos todos, para mirarnos en nuestra debilidad y en nuestra fuerza. Que el tiempo sea el espejo del inicio de nuestra pena, que el lugar sea donde el Bayalté Parlante ve al sol acostarse”.

Así dicen que dijeron Los Vigilantes.

Sombra vela el recuerdo de una piel, una cintura hecha memoria en sus manos. La madrugada cubre con silencios el irregular ruido de un teclado. Ya es de mañana cuando Sombra deja escapar una bocanada de humo de la hacedora de nubes y sueños que porta, mientras piensa como contestar una pregunta que de lejos viene: “¿Cuál es el destino de los pueblos indios?”

En eso llega la Comandanta Susana y, cuaderno y lapicero en mano, dice: “Ya estamos listos”.

“De por sí”, dice Sombra mientras mete a la mochila el papelito donde ha escrito la respuesta.

“Vicam, Sonora, México. Ése es el destino de los pueblos indios” dice el escrito que, en manos y mañana, luz pequeña se hace.

Mientras, en la tierra del Yaqui, la vara que habla vuelve a soltar un murmullo. No muy se entiende a la distancia, pero parece que repite, una y otra vez,:

“VICAM, VICAM, VICAM”.

Muchas gracias.

Desde las montañas del Noroeste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Abril del 2007.

P.D. CON LA OTRA RESPUESTA.- A la pregunta de “¿Es posible otra cultura?”, nosotras, nosotros, los zapatistas, las zapatistas, respondemos: “Con los jóvenes y jóvenas, con las mujeres, con los pueblos indios, sí, otra cultura es posible”.